Hasta cuándo amamantar?
La Organización Mundial de la Salud y otros muchos grupos de expertos recomiendan que el niño tome el pecho como único alimento durante los seis primeros meses de vida, y complementado con otros alimentos que se irán introduciendo gradualmente a partir de ese momento y hasta los dos años o mas, en todos los países del mundo.
Los niños que maman por encima del año siguen obteniendo una cantidad sustanciosa de sus calorías y micronutrientes (hierro, calcio, vitaminas) de la leche que toman de sus madres (en ocasiones, por encima del 50% de las totales necesarias). Además, la leche de la madre, de la propia especie, siempre es mucho mejor que la de un animal de otra especie.
Por otro lado, es importante recordar que muchos de los beneficios de amamantar guardan relación con el tiempo de amamantamiento. Mientras el niño continúa lactando se mantiene el efecto protector a través de los anticuerpos y de la estimulación del sistema inmune. También existe concordancia, por ejemplo, entre la duración de la lactancia materna y un mejor desarrollo cognitivo, de habilidades motoras, de lenguaje y de agudeza visual.
El primer año lo mejor es que se le ofrezca el pecho antes de las comidas para mantener una buena y prolongada lactancia, y después del primer año y por lo menos hasta el segundo es recomendable que se les ofrezca al menos unas 4 veces al día, después de las comidas, por la noche, etc. En esta etapa muchos niños maman como postre y, cuando están enfermos, es lo único que comen.
El alto valor que nuestra sociedad da al consumismo y a la independencia puede ser contrario a las necesidades reales de madres e hijos. La tendencia de intentar hacer independientes a los bebés demasiado pronto, probablemente propicia un número significativo de los problemas que sufre la sociedad actual.
La idea generalizada de que debemos lograr la independencia del niño en los primeros dos o tres años, pensando incluso que deben ser ya independientes aún a los seis meses, sencillamente no es válida. Los bebés muy apegados y sociológicamente dependientes de sus madres al año o a los dos años de edad, no serán inútiles enredados en la relación madre-hijo cuando mayores. Por el contrario, ellos tienen menos ansiedad al entrar al colegio y más dominio de sí mismos a los cinco años.
Otra idea común en nuestra sociedad acerca de la lactancia prolongada es que los niños pueden volverse afeminados y que tendrán problemas con su identidad sexual. Por supuesto que algunos niños pueden presentar estos problemas, pero no son los que han tenido una crianza adecuada y además la oportunidad de crear esa experiencia psicológica tan especial. Los niños que presentan estos problemas son los que han sido limitados en forma inusual y severa por los padres. No es algo que esté relacionado con el amamantamiento; está relacionado con todas las otras cosas que están involucradas en la interacción madre-hijo. Puede haber problemas cuando el hijo hombre es visto por la madre como "una extensión de ella" más que como un pequeño que está aprendiendo a ser hombre y descubriendo cómo ser hombre.
El amamantamiento prolongado tiene aplicaciones muy interesantes en la búsqueda de la seguridad interior. Además de alimento, proporciona consuelo, ternura, seguridad y comunicación entre madre e hijo. Continúa enriqueciendo el proceso de apego y hace la experiencia de la dependencia más significativa. Y de esta dependencia el niño va emergiendo gradualmente con un sentido de independencia más grande.
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