LACTANCIA POST-CESAREA LACTANCIA DURANTE EL INGRESO EN UNIDAD NEONATAL LACTANCIA DURANTE EL EMBARAZO LACTANCIA EN TANDEM 23-11-2011
Dos inicios distintos, dos lactancias felices: Hace 3 años yo ya estaba sumergida profesionalmente en el mundo de la lactancia, pero estaba a punto de experimentar por primera vez el papel de madre. Un día como hoy de hace 3 años se cumplían mis 40 semanas de embarazo. Yo sentía que estaba preparada para parir y lactar, pero no siempre las cosas se dan como uno cree. Julián se hizo esperar un poquito y, una mañana, 5 días después de la fecha esperada, rompí bolsa...ahora si íbamos a conocerlo! No era así como me había imaginado que sería pero al menos sabía que había llegado el momento. Debo reconocer que me paralicé un poco, al rato empezaron las contracciones y, por la noche, cuando fueron bien seguidas y ya con dolor, nos fuimos al hospital. La cosa iba muy despacio, yo acostada todo el tiempo en la camilla con oxitocina y monitores, y después de casi un día entero sin muchos avances tuve fiebre y entonces llegó lo que yo no quería: la cesárea. Es difícil explicar la angustia que sentí en ese momento y que me acompañó durante mucho tiempo... Pero afortunadamente en menos de media hora Julián ya estaba conmigo piel con piel y empezó a mamar muy pronto y eso sanó un poco la herida. El caso es que por mi fiebre, su ictericia precoz y su analítica alterada, al día siguiente tuvieron que ingresarlo en la unidad neonatal con luminoterapia y antibióticos endovenosos, y entonces yo bajaba cada 2 o 3 hs a estar con él y sacarlo un ratito de abajo de la lámpara para darle el pecho. Con todo esto tuve las cosas que no quería: una ingurgitación bestial, grietas... Pero Julián tenía que tomar solo teta, y entonces durante los 5 días y 5 noches que duró su ingreso, Mariano y yo bajábamos juntos a cada "turno de visita" a verlo y a que yo le diera el pecho. Fue duro al principio pero las grietas curaron y esa lactancia tan hermosa cerró también, al menos parcialmente, la herida de ese comienzo tan distinto al soñado. A los 19 meses de Julián vino otro embarazo y Julián siguió mamando claro! En la semana 37 Inés se había puesto de nalgas, yo no quería otra cesárea, y entonces conocí la moxibustión, una técnica de acupuntura que volvió a ponerla de cabeza. Pasadas las 40 semanas, y con la compañía incondicional de Mariano y la ayuda experta de Laura, mi gine, Inés nació por un inolvidable parto vaginal luego de varias horas de caminata y movimiento entre contracciones. Apenas salió la pusieron encima mío y empezó a mamar enseguida, sin separarnos ni un momento, y ahora no hubo ingurgitación ni grietas ni nada. Julián, que casi había dejado la teta, comenzó a pedir de nuevo e hicimos tándem unos meses hasta que poco después él solito ya no pidió mas. Inés tiene ahora 7 meses, hizo LME hasta hace poco y ahora de a poquito empieza a incursionar en el mundo de la alimentación complementaria....
Paula
Dos inicios distintos, dos lactancias felices: Hace 3 años yo ya estaba sumergida profesionalmente en el mundo de la lactancia, pero estaba a punto de experimentar por primera vez el papel de madre. Un día como hoy de hace 3 años se cumplían mis 40 semanas de embarazo. Yo sentía que estaba preparada para parir y lactar, pero no siempre las cosas se dan como uno cree. Julián se hizo esperar un poquito y, una mañana, 5 días después de la fecha esperada, rompí bolsa...ahora si íbamos a conocerlo! No era así como me había imaginado que sería pero al menos sabía que había llegado el momento. Debo reconocer que me paralicé un poco, al rato empezaron las contracciones y, por la noche, cuando fueron bien seguidas y ya con dolor, nos fuimos al hospital. La cosa iba muy despacio, yo acostada todo el tiempo en la camilla con oxitocina y monitores, y después de casi un día entero sin muchos avances tuve fiebre y entonces llegó lo que yo no quería: la cesárea. Es difícil explicar la angustia que sentí en ese momento y que me acompañó durante mucho tiempo... Pero afortunadamente en menos de media hora Julián ya estaba conmigo piel con piel y empezó a mamar muy pronto y eso sanó un poco la herida. El caso es que por mi fiebre, su ictericia precoz y su analítica alterada, al día siguiente tuvieron que ingresarlo en la unidad neonatal con luminoterapia y antibióticos endovenosos, y entonces yo bajaba cada 2 o 3 hs a estar con él y sacarlo un ratito de abajo de la lámpara para darle el pecho. Con todo esto tuve las cosas que no quería: una ingurgitación bestial, grietas... Pero Julián tenía que tomar solo teta, y entonces durante los 5 días y 5 noches que duró su ingreso, Mariano y yo bajábamos juntos a cada "turno de visita" a verlo y a que yo le diera el pecho. Fue duro al principio pero las grietas curaron y esa lactancia tan hermosa cerró también, al menos parcialmente, la herida de ese comienzo tan distinto al soñado. A los 19 meses de Julián vino otro embarazo y Julián siguió mamando claro! En la semana 37 Inés se había puesto de nalgas, yo no quería otra cesárea, y entonces conocí la moxibustión, una técnica de acupuntura que volvió a ponerla de cabeza. Pasadas las 40 semanas, y con la compañía incondicional de Mariano y la ayuda experta de Laura, mi gine, Inés nació por un inolvidable parto vaginal luego de varias horas de caminata y movimiento entre contracciones. Apenas salió la pusieron encima mío y empezó a mamar enseguida, sin separarnos ni un momento, y ahora no hubo ingurgitación ni grietas ni nada. Julián, que casi había dejado la teta, comenzó a pedir de nuevo e hicimos tándem unos meses hasta que poco después él solito ya no pidió mas. Inés tiene ahora 7 meses, hizo LME hasta hace poco y ahora de a poquito empieza a incursionar en el mundo de la alimentación complementaria....
Paula